En la Kabalá, la creación del universo se describe como un acto de habla divina. El primer capítulo del Génesis relata cómo Dios creó el mundo a través de la palabra: “Y dijo Dios: ‘Sea la luz’; y fue la luz” (Génesis 1:3). Este acto de creación a través del habla muestra que las palabras tienen el poder de manifestar la realidad. Las palabras divinas no solo describen la creación, sino que la traen a la existencia. Esta enseñanza kabalística nos recuerda que el lenguaje no es solo una herramienta de comunicación, sino una fuerza creadora fundamental. Eso es exactamente lo que significa la palabra mágica “Abracadabra” que pusimos en el encabezado y que usaban en la edad media como amuleto contra la fiebre.
Las Letras Hebreas y la Energía Divina
Abracadabra viene de una frase aramea (raíz del hebreo moderno) que los gitanos europeos (de Francia) en la Edad Media copiaron a los judíos.
Para los judíos era un refrán que explicaba que las palabras que decimos se pueden convertir en acciones o cosas reales.
En su significado original
Se desglosa así
A-Bra-K-Dabra.
"A" (א): forma corta en referencia a "Ani" אני = Yo.
"Bra" (ברא): Bara o B'ra es el verbo: Crear/Hacer.
"Ka" (כא): es la forma corta en arameo "ki" כי de decir: Porque/Debido a que...
"Dabra" (דאברא): viene del verbo y/o sustantivo: Daver/Davar דבר= 'Hablar' 'Cosa'.
En resumen, como el arameo es un idioma antiguo se debe interpretar, no traducir literalmente...
Entonces se puede interpretar así:
A-Bra-Ka'-Dabra. אבראכאדאברא...
Yo-Creo-lo-que-Digo.
Yo hago/creo cosas con lo que digo.
Mis palabras crean cosas. Las manifiestan.
Esto me recuerda que tanto las oraciones como los deseos hay que decirlos, aunque sea en un susurro, pero la acción de decir, de expresar es ya un paso a la realización. Es una confianza ciega en la creación, el Creador y en nuestro propio poder de modificar el entorno.
La Bendición y la Maldición
Por tanto hay que tener mucho cuidado con lo que uno dice, también las bendiciones que uno pronuncia, el bien-decir, el buen deseo llega a buen puerto y la maldición, el mal pensamiento, la mala lengua (la shon hará) llegan. En ambos casos hay que recordar que no solo llegan si no que también vuelven sobre el diciente.
Reflexión sobre las Letras Hebreas
Como cierre diremos que las letras arameas y hebreas, que son las mismas, tienen un encanto especial y un poder particular, por empezar, cada letra tiene una capacidad específica, una energía que le es propia y una función determinada. En el texto “El alfabeto de Rabi Akiva” donde se encuentra este tema, se puede estudiar en profundidad.