Para continuar con el ciclo del poder de las palabras me gustaría tener presente de qué manera se crea la realidad conforme se va poniendo en palabras (Abrakadabra), ya en los cuentos de hadas, o los de terror, se verá que es muy importante que el protagonista saque de su boca, aunque más no sea en un susurro aquello que quiere que suceda, esa acción, por ínfima que parezca es la que hace realidad en la materia aquello que, hasta ese momento, pertenecía al mundo de la mente nada más.
Es lo que necesitan los ángeles para cumplir con sus funciones y es lo que requieren los demonios para hacer su parte.
Las palabras dichas traen bendiciones o maldiciones, para este aspecto particular se puede leer Números 22-24 en la historia de Balaam y Bilam que es muy aleccionadora al respecto.
Pero en esta ocasión me quiero ocupar de la mala lengua o LaShon HaRá, aquello que sacamos de nuestra boca y que son palabras negativas hacia otro o hacia nosotros mismos, lo mismo es LaShon hará, quiero ahondar en lo delicado del asunto para que uno tenga siempre presente hasta qué punto nada es inocuo y eso trae como consecuencia una negatividad que vuelve sobre uno mismo, según las leyes con las que se maneja el universo: (Mentalismo, Correspondencia, Vibración, Polaridad, Ritmo, Causa y efecto, Generación) tanto en la vibración, que si es de baja frecuencia te vuelve algo de tu misma vibración, como la de causa y efecto, son las razones de fondo por las cuales vuelve sobre uno mismo aquello que enviamos hacia afuera.
Las cinco categorías del lashón hará:
Hay cinco categorías diferentes de lashón hará que podemos identificar en la Biblia. Según el Midrash: “Dios no entregó la Torá al Pueblo de Israel sino para que no hablen lashón hará”. En otras palabras, el Creador nos entregó la Biblia para que cuidemos nuestras palabras. Simple y asombroso, verdad?
1. Rejilut: chismes. No son sólo los chismes, si no ser condescendiente con el que chismorrea delante nuestro y prestarle oidos. Ni que decir de repetir el chisme y hacer una gran bola de nieve. Quién no cayó en esto alguna vez, aunque más no sea de estar participando de una conversación de este tipo y no retirarse. Habrá que ver hasta qué punto se podría considerar el tema de las noticias y/o revistas de moda.
2. Lashón hará: palabras dañinas o despectivas que son verdaderas. En este punto cuidar nuestro lenguaje, incluso si no se estuviera mintiendo, decir una verdad dolorosa para el otro es una negatividad que sale de uno y vuelve a uno, porque quién podría considerarse perfecto o juez del otro? Este punto es difícil también.
3. Motzí Shem Rá: palabras dañinas o despectivas que no son verdaderas. Este es un poco el colmo y se entendería en el contexto de una pelea, por qué otra razón uno diría algo negativo e irreal? Hay que hacer el mayor de los esfuerzos por no ser reactivo frente a una provocación o a alguna situación que nos detona.
4. Onaat Devarim: palabras que causan dolor. En este sentido podrían ser verdaderas plenamente, pero si al otro le causan dolor hay que evitarlas a toda costa, cuántas veces las madres decimos: “te lo digo por tu bien” o “si yo no te lo digo, quién te lo va a decir?” No sé si se ve lo difícil que es no caer en algún tipo de LaShon HaRá.
5. Avak lashón hará: palabras que se encuentran en el límite de ser lashón hará. (La palabra hebrea avak (אבק) significa "polvo". Se utiliza en algunos contextos diferentes, incluido un término de la Torá, una operación militar y el origen de la palabra "ábaco"). Podrían ser los chistes, ironías, juegos de palabras, indirectas, etc.
En la vida real es casi imposible no caer en alguna de estas alternativas, la cuestión es estar siempre atentos para crearnos una realidad lo más positiva posible, aunque más no sea para que no nos vuelva tipo boomerang. Por algo se empieza…
El hilo rojo:
La costumbre de usar un hilo rojo en la mano es utilizado por diversas culturas, por ejemplo en el budismo tibetano, se originó en ceremonias culturales y rituales de sanación, el hilo rojo se usa para atraer buena suerte y protección. Pero en la Kabalá, tiene un sentido mucho más abarcativo, por un lado el hilo rojo se lleva en la muñeca izquierda para interceptar las energías negativas en su punto preciso de entrada, pero por el otro, nos recuerda que si nosotros no caemos en hacer lashón hará, la matriarca Raquel nos protegerá como a uno de sus hijos. Es un recordatorio de cuidarte lo que decís. Es una protección y una advertencia, claramente.
En reparación
Vale la pena hacer nuestro mejor intento de hablar con conciencia, sabiendo de los efectos nefastos que pueden traer no cuidarse con las palabras. La Kabalá enfatiza la importancia de hablar con verdad y bondad. La mentira y el engaño no solo distorsionan la realidad si no que nos alejan de la Divinidad, hasta de nuestra propia divinidad.
Elegir nuestras palabras con cuidado nos permite utilizar el poder del lenguaje de manera positiva para poder así reclamar nuestra conexión con la Luz Divina, si en algún momento nos fallara a causa de nuestra humanidad perfectible, siempre perfectible. (Me encanta la palabra “perfectible” porque define un momento, un proceso, es como el cartel: “en reparación”.)
Cuidado también con criticarnos a nosotros mismos porque eso es “otorgarle un mal nombre al Creador” según Rab Ashlag. Es como criticar a Dios en Su obra.
Atraigamos todas las bendiciones que están reservadas para nosotros en la vida, bien-diciendo o bendiciendo a todo lo que nos rodea!!!